El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), según su página web, es la red mundial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en materia de desarrollo que conecta a los países con los conocimientos, promueve el cambio, la experiencia y los recursos necesarios para ayudar a las sociedades a forjar una vida mejor. Se originó mediante la fusión del Programa Ampliado de Asistencia Técnica de las Naciones Unidas de 1949 y el Fondo Especial de las Naciones Unidas de 1958, por lo que fue creado en 1965 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, establecida en la ciudad de Nueva York (EEUU). Se encuentra presente en más de 170 países, apoyan sus propias soluciones y crean capacidades en pro del Desarrollo Humano y el cumplimiento de sus objetivos de desarrollo sostenible (https://www.undp.org).

En México el PNUD trabaja desde hace 58 años. Según su sitio web, su primer Acuerdo suscrito como Fondo Especial se firmó el 23 de febrero de 1961 y actualmente trabaja con los tres poderes del Estado: 1) Legislativo; en conjunto con la capacidad de hacer leyes, 2) Ejecutivo; en donde las leyes se ponen en práctica y 3) Judicial; en el que se juzga si se cumplen o no las leyes. También se coordina con diversos sectores de la sociedad en los que juntos contribuyan a superar las crisis económicas, sociales y ambientales para impulsar el crecimiento económico que mejore la vida de las personas. En el año 2011 el Gobierno de México firmó un Acuerdo Estratégico de Colaboración con el PNUD. Gracias a la creación de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), el PNUD se ha comprometido a trabajar con la finalidad de que nuestro país también contribuya al desarrollo de otros países a través de mecanismos como el de cooperación triangular, horizontal y sur-sur (http://www.mx.undp.org).

Desde 1990, el PNUD publica el informe sobre Desarrollo Humano, el cual es una publicación anual independiente. Se centra en los temas más importantes para aumentar la sensibilización del Desarrollo Humano en el mundo. Se presentan nuevas formas de medición, recomendaciones políticas y análisis innovadores con la finalidad de expandir su creencia en cuestión al Desarrollo, concebido como un proceso que logre expandir las opciones de los individuos. Para identificar el nivel de desarrollo o calidad de vida de una sociedad, son considerados algunos indicadores, como lo son: la salud, la educación, la alimentación, el ambiente, la vivienda, etc. Por lo que del continuo interés y de los diversos esfuerzos realizados por representantes mundiales para poder cuantificar de forma metodológica y sistemática al desarrollo humano se puede destacar, según López, Rodríguez y Székely (2006) al índice de desarrollo humano (IDH) que fue propuesto por el PNUD. Se ha identificado que dicho índice tiene sus orígenes en la economía del bienestar, donde por mucho tiempo estuvo solo enfocada en la relación en la posesión de bienes y el acceso a servicios de forma directa con el bienestar. Esta situación provocó que la visión estuviera centrada en el ingreso, por lo cual una persona puede consumir en la sociedad. Lo que se estableció el nivel de utilidad o de bienestar en función a la variable del consumo alcanzado por la persona.

La utilización del índice de desarrollo humano (IDH), según López, L. y Vélez, R. (2006), como una medida del desarrollo de una sociedad o país con base al crecimiento económico, no es una condición suficiente para explicar su grado de avance. Por lo que solamente los indicadores del producto interno bruto no proporcionan toda la información necesitada y se encuentran de forma incompleta. Gracias a los diversos estudios sociales y económicos se ha señalado que la verdadera riqueza de las naciones son las propias personas (PNUD Guatemala), de forma que sus habitantes si cuentan con la capacidad de desarrollar su potencial, mediante la creatividad y productividad, se podrá acumular una mayor riqueza. Según el PNUD México trascendieron los indicadores tradicionales del progreso económico al encaminarse a la atención de las libertades, por lo que planteó la posibilidad de obtener mayor información hacia la medición de la vida de forma saludable, digna y creativa. Por tal razón Sen (2000) hace una nueva propuesta hacia la condición instrumental del acceso a los bienes, concibiéndolos como un medio en virtud de lograr la realización personal o un plan de vida plena.

En las últimas décadas y gracias a los pensamientos aristotélicos de Adam Smith y de John Stuart Mill acerca del enfoque en las capacidades y funcionamientos (en lugar de la utilidad y los bienes), Amartya Sen (1980, 1985) los reinterpretó y formalizó, ganado así reconocimiento y aplicación mundial. Por lo que hoy en día y, “basado en el enfoque de las capacidades” (López, L. y Vélez, R., 2006, p.67), en el índice de desarrollo humano (IDH) se mezclan los tres elementos que evalúan el desarrollo humano y que refleja un avance significativo en el país: la salud, la educación y el producto interno bruto (PIB) por habitante, ya que según el PNUD (1990) “el desarrollo no se explica únicamente con el ingreso de la población y que esta dimensión no representa la suma total de una vida humana” (mencionado en López, L. y Vélez, R., 2006, p.53). Desde 1990 el índice de desarrollo humano es publicado cada año en el Informe de Desarrollo Humano Mundial, y a su vez más de 150 países emiten sus propios informes, con el objetivo de encontrarse al pendiente en sus continuos análisis para brindar acciones concretas para la salvaguarda de la población en general. El índice de desarrollo humano permite monitorear el desarrollo de los países mediante un análisis objetivo en el que se conjuga la longevidad de las personas, su educación y el nivel de ingreso necesario para una vida digna (PNUD México).

Gracias a la inclusión de los tres componentes en relación con una medida se ahonda el principio de complementariedad entre las medidas y permite un lugar a la desigualdad entre ellas. Por tal razón el IDH resume el avance promedio de los tres componentes en el rango de cero a uno, en el que a un mayor desarrollo humano será igual a 1 y que según PNUD México sea menor la desigualdad interna de sus componentes y las desventajas no predominen en una sola dimensión. En el año 2010 este índice se presentó como una escala reestructurada, la cual aumenta la capacidad de precisión y evaluación de las características de las libertades humanas.

BIBLIOGRAFÍA

López, L., Rodríguez, L. y Székely, M. (2006). Introducción. En López, L. y Székely, M. (Comps.), Medición del desarrollo humano en México (pp.15-47). México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.

López, L. y Vélez, R. (2006). El concepto de desarrollo humano, su importancia y aplicación en México. En López, L. y Székely, M. (Comps.), Medición del desarrollo humano en México (pp.49-67). México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.

PNUD (1990). Desarrollo Humano. Informe 1990. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Bogotá, Colombia: Tercer Mundo Editores, S.A. Disponible en http://hdr.undp.org/sites/default/files/hdr_1990_es_completo_nostats.pdf

PNUD (2016). Informe sobre desarrollo humano 2016. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Disponible en http://desarrollohumano.org.gt/wp-content/uploads/2016/04/HDR2016_SP_Overview_Web.pdf

Sen, A. (2000). Desarrollo y libertad. Barcelona, España: Editorial Planeta, S.A.