INTRODUCCIÓN

El mundo de los negocios se encuentra en constante cambio y evolución, y el liderazgo empresarial no es una excepción. El escenario internacional actual está llevando a los representantes de las empresas a reconsiderar sus modelos de liderazgo para fomentar un mayor acercamiento y entendimiento entre los actores involucrados en los diferentes niveles organizacionales. La finalidad de esta interacción es establecer alianzas, redes y plataformas que aseguren la productividad empresarial y la supervivencia en el mercado. Por tal razón, en toda organización, el líder es una figura esencial que puede tener un papel determinante en el logro o el fracaso de la misma (Heredia y Fonseca, 2020 y Montañez, et. al., 2022), ya que el líder es definido como “el responsable de la motivación y activación de los subordinados; responsable de la integración, entrenamiento y deberes asociados” (Gómez, 2008, p.181).

Liderar implica que los seguidores alcancen los resultados que generalmente no conseguirían en condiciones normales. Aunque bien se conoce que el líder “es quien guía a su equipo de trabajo hacia un objetivo en común” (Madrigal, 2009, p.155), no todos los líderes se desempeñan de forma democrática, honesta, directa y ni buscan el bien común hacia sus colaboradores. Por lo que algunos líderes, en lugar de influir o persuadir adecuadamente, llegan a identificarse como manipuladores al llevar a cabo tácticas y técnicas sutiles para controlar la información, la percepción de los demás y por ende el de sus comportamientos.

En los últimos años los líderes manipuladores se han convertido en un tema de interés, tanto para la investigación académica como en las organizaciones, y aun más con la implementación de la NOM-035; misma que pretende prevenir “la presencia de riesgos psicosociales entre los trabajadores y al mismo tiempo fomentar un entorno organizacional favorable que impulse la productividad y la excelencia” (BLGroup, 2022). Ya que estos líderes utilizan tácticas engañosas e insidiosas para controlar a los demás y así lograr sus objetivos personales; en el que minimizan los logros de los demás, generan miedo e inseguridad en sus subordinados, los aíslan de otras personas y generan conflictos entre los miembros del equipo.

DESARROLLO

La influencia, la persuasión y la manipulación son tres términos que a menudo se confunden y pueden referirse a la capacidad de un individuo para afectar el comportamiento o las decisiones de otra persona. Sin embargo, existen varias diferencias importantes entre ellos:

La influencia se refiere al vigor o eficacia que tiene alguien o algo para producir algún efecto sobre los demás. La Real Academia Española (2023) define a la influencia como la “persona con poder o autoridad con cuya intervención se puede obtener una ventaja, favor o beneficio”. La influencia se basa en la confianza y la credibilidad, y se ejerce de manera ética y transparente. Es un proceso generalmente positivo que busca (conscientemente o no) de motivar a alguien a cambiar su forma de pensar, de sentir o de actuar. Por ejemplo, un líder carismático puede influir en su equipo para que siga una visión compartida o una idea innovadora.

Por su parte la persuasión es la capacidad convencer a alguien de hacer algo, pero sin ejercer presión indebida o engañándolo(a). De acuerdo a la RAE (2023) la persuasión es la “aprehensión o juicio que se forma en virtud de un fundamento”. Es decir, es un proceso por el cual un comunicador intenta convertir o cambiar de opinión a una audiencia, basándose en la ética y en la honestidad. Por ejemplo, un docente al impartir su cátedra a sus alumnos intenta convencerlos de los beneficios que se obtienen la estudiar determinada materia.

En cambio, la manipulación es una práctica que puede ser utilizada por los líderes en una organización con el fin de conseguir sus objetivos a expensas de sus colaboradores. Se define como “intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares” (RAE, 2023). Es decir, la manipulación es involucrar al engaño, uso de la astucia, la intimidación, la culpa, el chantaje emocional u otras formas de presión coercitiva indebida para lograr un resultado deseado, generalmente en beneficio de quien lo perpetra. Esta práctica, al ser maliciosa, es generalmente negativa y a menudo se utiliza para controlar a otras personas con fines egoístas o narcisistas. Por ejemplo, un vendedor puede manipular a un cliente para que compre algo que no necesita o que no puede pagar.

A continuación, se muestran sus principales diferencias:

Fuente: Elaboración propia.

El líder manipulador

Como bien lo señala Mendoza (2019) la influencia se considera una parte fundamental y común del discurso social. En el caso de la influencia sana, no se evidencia ningún rasgo de coerción. Esto significa que cuando un individuo con buenas intenciones, como un líder legítimo, intenta ejercer influencia sobre alguna persona y se resiste, no va a obligarlo a realizar lo que se desea. Sin embargo y de acuerdo a una investigación de Harvard Business Review, casi el 30% de los jefes a nivel internacional pueden ser leve o altamente tóxicos y destructivos (Abbajay, 2020), por lo que, en el caso de la manipulación no saludable, el líder manipulador a menudo recurre a técnicas coercitivas si percibe que la otra persona muestra resistencia a las técnicas más sutiles que ha utilizado previamente. Los líderes manipuladores tienen diferentes personalidades y características, pero todos comparten la tendencia a utilizar tácticas de manipulación y control para lograr sus objetivos, y así mantener su poder sobre los demás.

Enseguida, se enlistan las principales características de los líderes manipuladores, según los cuatro rasgos psicológicos oscuros (Mendoza, 2019):

1. Narcisismo: Tienden a ser personas encantadoras, construyen y cultivan relaciones, pero saben engañar a los demás. Autoestima inflada, superioridad, prepotencia, competitividad, necesidad de admiración y atención constante, se carece de empatía, búsqueda de poder y control sobre los demás. A diferencia de los egoístas no se aman a sí mismos, están enamorados de la versión perfecta de sí mismos (solo existente en su imaginación). Intolerancia a las críticas, perfeccionistas, autoritarios, uso de tácticas de manipulación para mantener su imagen positiva y así obtener lo que quieren. Cuando reciben tratos favorables creen que es por el bien común y cuando se aprovecha de los demás, les está haciendo un favor.
2. Maquiavelismo: Creencia en la naturaleza egoísta de las personas, emplean estrategias de engaño para obtener ventaja y control sobre los demás, falta de preocupación por la ética y la moral, cínicos, fríos y sin principios. Desarrollan habilidades para leer e influir en las emociones de los demás, crean rumores. La mentira como herramienta para lograr sus objetivos.
3. Psicopatía: De los rasgos es la más malévola, al ser innatos. Falta de empatía y remordimiento, ausencia de sentimientos de culpa, impulsividad y agresividad, tendencia a violar los derechos de los demás, habilidades para manipular y engañar, actitudes superficiales y encantadoras para atraer a las personas hacia ellos. No son sociópatas, por lo que son buenos oradores.
4. Sadismo: Obtener placer al infligir dolor y sufrimiento a los demás, sentirse poderosos y dominantes, insensibles, muestran crueldad y agresividad hacia las personas que los rodean, disfrutar de la humillación y el sufrimiento ajeno, imponen el dolor, control de las emociones y comportamientos de los demás. Son atraídos por actividades en las que puedan dañar a otras personas legítimamente.

Cuando nos enfrentamos a líderes malintencionados y que emplean técnicas de manipulación, al inicio suelen intentar ocultar la agresividad de sus intenciones. Es importante tener en cuenta que la mayoría de las técnicas utilizadas por ellos están diseñadas para ser sutiles y no tan obvias a simple vista. Por tanto, es necesario estar alerta y consciente de los posibles intentos de manipulación que puedan surgir en su relación con ellos. Suelen tener una alta necesidad de poder, lo que puede llevarles a buscar el control de las personas y situaciones a su alrededor. Este deseo de control también puede estar relacionado con la inseguridad y la baja autoestima.

A continuación, se muestran las principales técnicas empleadas por los líderes manipuladores:

Fuente: Elaboración propia.

Consecuencias de los líderes manipuladores en las organizaciones

Las consecuencias de la manipulación pueden ser graves. Según Schyns y Schilling (2013), estos líderes pueden dañar la moral y la motivación de los colaboradores al crear un ambiente de desconfianza y hostilidad. Además, generan resentimiento y pueden limitar el flujo de información en la organización, reduciendo así la eficacia en la toma de las decisiones.

El término Gaslighting se originó en la obra de teatro de 1938 "Gas Light" y después llevada a los cines en 1940 titulada “La Luz de Gas” (Soto, 2013), en la que un hombre manipula a su esposa haciéndole creer que está perdiendo la cordura al mover la intensidad de las luces de gas en su casa. Aunque el término se acuñó en ese momento, la práctica en sí ha existido durante siglos en relaciones abusivas. Al ser una de las técnicas de manipulación más letales (Mendoza, 2019), por el momento solo nos enfocaremos en ella.

El gaslighting, también conocido como la manipulación psicológica, es una forma de abuso emocional en la que una persona manipula a otra para que cuestione su propia percepción de la realidad, su memoria y su salud mental mediante la negación persistente de hechos obvios (Mendoza, 2019). A diferencia de los líderes tóxicos que son abiertamente abusivos y dominantes, los gaslighters saben cómo volar bajo el radar, ya que es una forma insidiosa y difícil de detectar en el lugar de trabajo. Los líderes manipuladores son expertos en socavar sutilmente la autoestima, la confianza y el sentido de la realidad de sus colaboradores (Abbajay, 2020). Esto puede hacer que sea difícil para las víctimas buscar ayuda, ya que a menudo no hay políticas específicas en la empresa que prohíban estos comportamientos manipuladores. Además, la evidencia puede ser difícil de probar, lo que dificulta el proceso de denuncia a otros líderes o al Departamento de Recursos Humanos.

Principales técnicas empleadas por los gaslighters (Mendoza, 2019)

1. Retención. En este punto, el manipulador se muestra renuente a prestar atención a las palabras de la víctima o actúa como si no entendiera lo que se está diciendo. Aunque lo que se está comunicando puede ser relevante, la respuesta que se obtiene es una negación del tipo: "Ni siquiera recuerdo de qué estás hablando".
2. Contrarrestar. El manipulador pone en duda la memoria de la víctima respecto a los eventos mediante preguntas como: "¿Estabas sobrio en ese momento? Porque las cosas no ocurrieron de esa manera". A continuación, el manipulador presentará una versión de los hechos completamente diferente, donde él se presenta a sí mismo como el héroe o incluso como la "verdadera víctima".
3. Negación y desvío. El manipulador altera la narrativa o cuestiona la forma de pensar de la víctima con el fin de evitar enfrentar cualquier problema que está presente. Una frase común es: "No entiendo por qué te molesta tanto, es normal ser así".
4. Trivializar. El manipulador induce a la víctima a sentir que sus sentimientos o necesidades no son relevantes o que está exagerando sin necesidad. Para lograrlo, el manipulador podría decir cosas como: "No hagas una montaña de un grano de arena", buscando minimizar la situación.

Es importante abordar el gaslighting en las organizaciones porque puede tener graves consecuencias; tanto para los individuos, como para la empresa en sí. Los Gaslightees (víctimas del gaslighting) reconocen la situación conflictiva, pero al no sentirse directamente maltratadas, no lo viven como una agresión en sí misma (Salamanca, 2020). Los efectos del gaslighting pueden ser devastadores para la víctima, incluyendo la pérdida de confianza en uno mismo, la duda constante de la propia percepción de la realidad, aumento de la inseguridad, ansiedad, depresión, desesperanza y la negación de la propia experiencia (Soto, 2013). Estos sentimientos pueden extenderse a otras relaciones y la víctima se le dificulta confiar en los demás. Además, el gaslighting puede provocar una cultura tóxica en el lugar de trabajo, creando un ambiente poco saludable, ya que socava la confianza de los colaboradores en la dirección y la toma de decisiones, lo que puede afectar negativamente la reputación de la empresa y su capacidad para retener a los contribuidores talentosos y valiosos.

En razón de lo cual, es importante que las organizaciones adopten medidas para prevenir y abordar el gaslighting en el lugar de trabajo, incluyendo la formación y educación del personal en este tema, la creación de políticas y procedimientos claros para informar y manejar casos de gaslighting, y fomentar una cultura de respeto y apoyo mutuo.

Estrategias para combatir el Gaslighting

1. Aprender sobre la manipulación. La primera fase es entender el trastorno de personalidad y cómo se manifiesta en el comportamiento manipulador. Es importante aprender sobre las características de los cuatro rasgos psicológicos oscuros y cómo afecta en las relaciones interpersonales. Mediante la educación y la comprensión por ejemplo del narcisismo, es fundamental para poder lidiar con un líder manipulador.
2. Ser conscientes y honestos de lo que está sucediendo. La segunda fase es reconocer que estás siendo manipulado. Es importante nombrar específicamente el comportamiento manipulador y no permitir que el líder tenga el control emocional. Mantenga la calma. Se debe identificar y etiquetar el gaslighting, para no confundirlo con otras emociones y comportamientos, ya que ¿estás seguro(a) que tu jefe(a) no es solo un mal comunicador?... Sin embargo, la realidad de uno es más importante que la realidad de otra persona y tener la confianza para creer en nosotros mismos.
3. Documentar y recopilar evidencia. Mantener un registro de los eventos y conversaciones puede ayudar a mantener una perspectiva objetiva de la situación y a recopilar evidencia en caso de ser necesario, de esta manera se ayuda a demostrar los patrones de abuso emocional.
4. Tienes el derecho de ser escuchado y respetado. Es importante contar con el apoyo de otras personas, como amigos, familiares, colegas, y si es necesario, un terapeuta. No temas en hablar abiertamente con el área de RR.HH.
5. Establecer límites y expectativas claras. Una vez que reconoces el comportamiento manipulador, es importante establecer límites, tanto personales como laborales, claros y comunicar tus expectativas de manera directa.
6. Considerar la posibilidad de abandonar la situación. En última instancia, si la situación es demasiado tóxica o no se puede resolver de otra manera, puede ser necesario considerar dejar la organización o el grupo.

CONCLUSIONES

El liderazgo es una habilidad clave para el éxito en los negocios, por lo que una de las principales responsabilidades de los líderes integrales es lograr satisfacer las necesidades individuales de las personas sobre las que ejerce el liderazgo (Gento y Cortés, 2011). Sin embargo, cuando se ejerce de manera manipuladora, puede tener consecuencias desastrosas. Los líderes manipuladores utilizan tácticas engañosas para obtener lo que quieren, a menudo a expensas de sus colaboradores y de compañeros de trabajo. En consecuencia, pueden causar efectos negativos en las personas que los rodean y en la organización en general. Estos efectos pueden incluir disminución de la satisfacción laboral, aumento del estrés, disminución del desempeño laboral y normalización de la conducta manipulativa.

Uno de los métodos más insidiosos utilizados por los líderes manipuladores es el gaslighting, que es una forma de abuso psicológico e implica hacer que las personas cuestionen su propia realidad y percepción de los hechos. Esto puede ser extremadamente dañino para las personas afectadas y que puede tener efectos devastadores en la salud mental: sufrir de baja autoestima, ansiedad y depresión.

Es crucial que las empresas reconozcan los peligros del liderazgo manipulador y del gaslighting en particular. Al identificar los signos de advertencia, se aprende a reconocer y a abordar el problema, y así también buscar el apoyo tanto de los responsables de área como de los profesionales. Confrontar a un líder manipulador con rasgos narcisistas requiere de una serie de pasos cuidadosos y estratégicos para protegerse a uno mismo y evitar ser afectado por el comportamiento manipulador. Es importante estar preparado y ser consciente de los efectos del gaslighting para poder tomar medidas y protegerse a uno mismo. Solo al fomentar una cultura empresarial basada en la honestidad, la transparencia y la comunicación abierta se puede garantizar un entorno de trabajo saludable, productivo y que impulse el desarrollo humano para todos los colaboradores.

BIBLIOGRAFÍA

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