LA ADQUISICIÓN DEL CONOCIMIENTO EN LA NUEVA ERA DIGITAL

LA ADQUISICIÓN DEL CONOCIMIENTO EN LA NUEVA ERA DIGITAL

Publicado: ene 10, 2021

Autor: Miguel Eduardo Anaya Mares


INTRODUCCIÓN

Como seres humanos, nuestro crecimiento económico y bienestar social se ha basado en el desarrollo del conocimiento. Según la Real Academia Española (2021) una de las definiciones de la palabra conocimiento es el “entendimiento, inteligencia, razón natural”. Por lo que, gracias a la gran diversidad de ideas puestas en práctica como las innovaciones en los diferentes campos de estudio, la creación de productos, métodos y tecnologías, han propiciado el desarrollo de la humanidad hasta nuestros días.

A lo largo de toda nuestra historia, el conocimiento se ha transmitido de boca en boca, desde las enseñanzas familiares y generacionales, hasta las escuelas clásicas o liberales que dieron inicio en 1776 con los principios de la teoría económica de Adam Smith (1723-1790). Desde la expresión artística como los dibujos paleolíticos de hace 73,000 años encontrados en la cueva de Blombos, en el sur de África (livescience.com) o la pintura rupestre más antigua de hace 45,500 años de la isla indonesia de Célebes (historia.nationalgeographic.com). Desde los diálogos de Shiva y Parvati de hace más de 7,000 años (Wattles, 1910), las Instrucciones de Shuruppak (uno de los textos más antiguos de la humanidad – 2,600 a.C.). Así como la producción de libros a partir de la invención de la imprenta hacia 1450 por Gutenberg (historia.nationalgeographic.com.es) para documentar la información con la que contamos con base en nuestro desarrollo social y científico.

Como experiencia personal recuerdo aquellas divertidas reuniones familiares por las tardes de los fines de semana durante la década de finales de los años de 1980, en las que jugábamos Maratón (juegomaraton.com.mx). A través de preguntas y respuestas en diversos temas, se nos ponía a prueba nuestro nivel de conocimientos y acervo cultural, con el afán de ganarle a los demás competidores y a la tan temida ficha negra (la ignorancia). Además de la respuesta mostrada en las tarjetas, en el único lugar donde se podía obtener la información en aquellas tardes era la "pequeña" biblioteca de mi padre (qepd), con una colección de cientos de libros y algunas enciclopedias. Me es difícil imaginar lo complicado que fue la obtención de la información y adquisición de conocimientos a lo largo de la historia de la humanidad previa al siglo XV. Como el ejemplo de Gerbert d’Aurillac (946-1003), el centésimo trigésimo noveno papa de la Iglesia católica (999-1003) y gran intelectual, que en su biblioteca personal sólo tenía 20 libros (David y Folay, 2002, p.10). Gracias a la invención de la imprenta moderna se establecía el puente tangible de la divulgación de los instrumentos del saber, llenando los preciosos espacios de las bibliotecas públicas y privadas alrededor del mundo con gran diversidad de información plasmada en sus libros.

Actualmente estamos viviendo una época sin precedentes de aceleración de la producción de conocimientos (David y Folay, 2002) y más aún su divulgación. Desde finales del siglo XX y gracias a la invención del Internet la vasta información es accesible para todos a un costo muy económico, lo que hoy se conoce con el término de la “educación distribuida”. Lo que en este ensayo se tratará de abordar es, como lo menciona Ursua (2014), analizar el conocimiento y su divulgación desde la perspectiva de la <<e>> epistemología, teoría de los fundamentos y métodos del conocimiento científico (RAE, 2021), con el afán de mostrar la profunda transformación de las formas de conocer, muy diferentes a la de nuestros ancestros, y como el uso de las nuevas tecnologías requerirán de una nueva epistemología adecuada al mundo global y digital.

 

DESARROLLO


Hoy en día, a través del Internet como un medio para expresarse, relacionarse y entretenerse (Ursua, 2014), no sólo se reduce exclusivamente a la transmisión y divulgación de datos e información, ni tampoco puede observarse sólo bajo el enfoque de términos de contenido, ya que su principal característica es la interactividad de las personas. A diferencia de hace más de veinte años, por ejemplo; los colegios, las universidades y los institutos, y ahora aunado a la pandemia a nivel internacional de Covid-19 causada por el virus SARS-CoV-2, han estado cambiando sus metodologías de enseñanza, con el afán de satisfacer un mayor mercado, y se están adecuando a las nuevas maneras de otorgar programas en línea (Internet) en la que la característica más relevante es su comunicación asincrónica (aquella diferida en el tiempo). Lo que se debe enseñarnos nuevas maneras de conocer, razonar y comprender la información. De este mismo modo ocurre con toda la información disponible en las diferentes páginas y recursos de la Web, en la que todas las personas que tienen la oportunidad de acceder puedan disponer de las nuevas tendencias y descubrimientos que tejen la red mundial de conocimientos al alcance de la conectividad.

Es aquí donde se proyecta la necesidad de una nueva educación epistémica, que nos enseñe a identificar y evaluar la información disponible en el ciberespacio de manera objetiva y crítica, ya que uno de los problemas en la actualidad es la “explosión en la información”. Desde el inicio de la Revolución Industrial en 1760, la era de la información (digital) ha tomado forma y control de una manera más personalizada lo que el estatus del conocimiento global se encuentra inmerso en continuos cambios en relación a su obtención y su relación con la verdad. Jaramillo (2003) indica que en los seres humanos “la adquisición del conocimiento se fundamenta en vivencias otorgadas por el mundo de la vida” (p.3), donde además refiere que en la vida normal de los individuos son precisamente las constantes sujeto-objeto-sujeto y su dinámica las que determinan la interpretación o predicción de las acciones basadas en las causas donde la epistemología promulga su quehacer cotidiano.

Jean François Lyotard (1924-1998), filósofo, sociólogo y teórico literario francés, consideró esta condición postmoderna en la que la identificó como “el estado de cultura después de las transformaciones que han afectado a las reglas de juego de la ciencia, de la literatura y de las artes a partir del siglo XX” (Ursua, 2014, p.57-58). Al transformarse velozmente la cultura en postmoderna y la sociedad en postindustrial, decrecen las antiguas costumbres de los grandes relatos “alrededor de la fogata”. Por lo que cada vez más se observa en la actualidad que “el saber es producido para ser vendido”, sustituyendo a las premisas básicas de las funciones del saber: la investigación y la divulgación de los conocimientos adquiridos, lo que genera la fuerza de producción de nuestra sociedad hoy en día. Jean François Lyotard observó importantes implicaciones al respecto (Ursua, 2014, p.58):

  1. El conocimiento genera cambios radicales en la forma de trabajo.
  2. El conocimiento amplía la brecha entre países desarrollados y no desarrollados.
  3. La comercialización del conocimiento por medio de Internet plantea tópicos ético-legales.

Martínez (2006) revisa que el concepto de la ciencia hoy en día requiere una interpretación diferente, ya que la singularidad y la complejidad ha modificado los estados en lo que se lleva a cabo su estudio. La producción, venta y beneficio del conocimiento ha sustituido al modelo clásico de la búsqueda de la verdad. Además, presupone que la búsqueda de conocimientos se limitará a las nuevas tecnologías, lo que impulsará un profundo cambio en la educación para el uso de las terminales y requerirá nuevos niveles de lenguaje, por lo que su transmisión se dispone a las personas y no sólo a los ilustrados o estudiantes. El proceso de llegar a conocer el conocimiento ha adoptado maneras distintas desde su concepto hasta llevarlos a cabo por distancia y de forma asincrónica.

Así como el Internet ofrece la información, de una forma más libre, mayor y mejor, y sobre todo una gran disminución de sus gastos de transmisión del conocimiento, también se crea un desbordamiento de datos, en los que se incrementa su falta de verificabilidad. Como aún no se determina la confiabilidad y la credibilidad de algunas páginas de Internet para considerarlas como instrumentos válidos como fuentes de la información, generan problemas telepistemológicos, mismos que son relacionados con el acceso, la intervención, la autoridad y la autenticidad, ya que muchas de ellas han resultado ser un engaño. Por otro lado, aunque las nuevas tecnologías proporcionan nuevas comunidades virtuales en donde se reduce considerablemente el tiempo dedicado a establecer encuentros reales con investigadores, algunos estudiosos afirman que el uso de Internet y las nuevas tecnologías promueven la uniformidad en detrimento de la diversidad. Es decir, las investigaciones son llevadas a cabo y mediante foros compartidas con los miembros de la propia comunidad reduciendo el tiempo y efectividad en su trabajo lamentablemente por estar inmerso en su temática (construcción de redes homogéneas). Pero tal es su atención, que irá en detrimento de la diversidad de la investigación y la integración de los conocimientos no será resuelta por las tecnologías de la información (David y Folay, 2002).

Cada vez más el conocimiento es el resultado de un proceso y realización colaborativa en la red mundial. Este proceso de digitalización se abruma ante la superinformación de Internet y otras fuentes de datos, por lo que su investigación ha llevado a determinar un conocimiento por ensamblaje, donde se elaboran juicios mediante la recolección de opiniones, comentarios, fuentes de mentes y sistemas. Es lo que ha llevado a las nuevas prácticas sociales y de investigación a través de ordenadores y comunidades en línea, ya que tradicionalmente la epistemología se había privilegiado del conocimiento proposicional basado en textos junto con el conocimiento procedural. Por tal razón, considero que sí es necesario una adecuación de la epistemología a esta era digital, pero sin dejar a un lado los métodos válidos para obtención de la información y su propia investigación.

En la actual sociedad de la información y del conocimiento la tarea del epistemológico será el desarrollar un “nuevo concepto de conocimiento, abierto, variable y adecuado a la sociedad de la información y del conocimiento” (Ursua, 2014, p.69). El conocimiento se refiere a una actividad mental, de realizar acciones intelectuales y también labores confiables, como resultado de la experiencia mediante la capacidad cognoscitiva de las personas. Es aquí donde las comunidades de conocimiento toman relevancia dentro de las sociedades del conocimiento, donde se consiste en coproducir y distribuir de los nuevos saberes a la comunidad. Desde la perspectiva epistemológica será necesario dar cuenta de manera integradora respecto a la multiplicidad de tipos y formas de conocimiento, es decir, “un sentido crítico a la totalidad” del conocimiento (p.71), en lo que David y Folay consideran ciertas características críticas (Ursua, 2014, p.71):

  1. Capacidad de producción y reproducción del saber.
  2. Espacios públicos o semipúblicos de intercambio de aprendizaje.
  3. Utilización intensiva de las tecnologías de la información (TI).

 

CONCLUSIONES


Ante la evolución de los métodos en la obtención de la información, así como el cambio continuo en los siguientes años de la sociedad del conocimiento basada en las tecnologías de la información (digital) tiene que resolver los diversos problemas originados en la apertura y distribución del conocimiento que se dispone cada día en Internet. Jaramillo (2003) hace hincapié que el mirar epistemológico “es poseer conciencia histórica y reflexiva de un mundo que me observa, me rodea y me absorbe por más que quiera objetivarlo desde mis propios argumentos racionales” (p.4). Donde, se entiende que los seres humanos tienen la capacidad de modificar el mundo, pero a la vez también ser modificado por sí mismos. Es decir, como afirmó Laing “su conducta es una función de sus vivencias” (Martínez, 2006, p.11), lo que declara, bajo este punto de vista, que es necesario establecer propiamente una epistemología para el ser humano donde genere su actuar y su propia modificación ante las circunstancias de la vida y su entendimiento cotidiano derivado de sus conocimientos.

A raíz de la búsqueda de la verdad y la realidad ontológica, los investigadores se enfrentarán a diversas interacciones, simulaciones, explícito, tácito, cualificado y no cualificado tanto de información y conocimiento ubicado en la web y las bases de datos, no dando nada por establecido cultivando continuamente su crítica y su juicio sin caer en falsas postulaciones, ni dejándose llevar por la urgencia y simulación. Se deberá además tener en cuenta los valores humanos y las verdades, no sólo los hechos desde un enfoque crítico que se argumenta racional y empíricamente en la búsqueda de los antecedentes del conocimiento y aprovechar adecuadamente sus beneficios.

 

BIBLIOGRAFÍA


David, P. y Foray, D. (2002). La sociedad del conocimiento, Revista internacional de ciencias sociales, (171). Recuperado de http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/HQ/SHS/pdf/171-fulltext171spa.pdf

Jaramillo, L. (2003). ¿Qué es epistemología? Cinta de Moebio, 18, p.0. Santiago, Chile: Universidad de Chile. Disponible en http://www.redalyc.org/pdf/101/10101802.pdf

Martínez, M. (2006). Fundamentation epistemológica del enfoque centrado en la persona. Polis [en línea], 15. Disponible en http://aulavirtual.utel.edu.mx/repository/coursefilearea/file.php/1/UNAG/Docotorado/Epistemologia_1/src/Mart%C3%ADnez-Fundamentaci%C3%B3n%20epistemol%C3%B3gica.pdf

Real Academia Española (RAE, 2021). Diccionario de la lengua española. Conceptos obtenidos de http://www.rae.es/

Ursua, N. (2014). «e» - Epistemología: un desafío y una respuesta filosófica al mundo digital, Daímon. Revista Internacional de Filosofía, (61), 55-74. Recupe0�ޙ�U0�ޙ�U�[֙�U0jݙ�U��ޙ�UP�ޙ�U�P�ޙ�Ua_1/src/Urs%C3%BAa-Epistemolog%C3%ADa%20un%20desaf%C3%ADo.pdf

scroll

¡Encuentra tu Quinde!

¡Te ayudamos a encontrar al capacitador, conferencista ó consultor ideal para ti!