Publicado: ago 9, 2021
Autor: Miguel Eduardo Anaya Mares
La actual pandemia a nivel internacional de Covid-19 y la aceleración de la Industria 4.0, han estado conjuntando diversos tipos de adversidades para las organizaciones mexicanas. Entre las cuales, se ha manifestado una creciente inestabilidad en el ejercicio del liderazgo (Leyva, 2021).
A diferencia de una imposición por el poder formal, o mejor conocido como la autoridad con la que pudiera contar un líder, el liderazgo de hoy en día se debe lograr mediante la obtención del mérito personal a través del poder de referencia o de competencia que le otorgan sus mismos colaboradores.
Y precisamente esa percepción, bajo el paradigma del Capital Humano, ha propiciado que muchas personas crean que el secreto del liderazgo es el desarrollo de la capacidad de “influencia”. Inclusive en la literatura se pueden encontrar definiciones como las de Chiavenato (2001), en la que señala que el liderazgo es la influencia interpersonal ejercida, mediante un proceso específico de comunicación a los colaboradores, con el fin de alcanzar los objetivos establecidos.
Sin embargo, como lo señala Osho (2014) “la idea de querer influir en la gente en sí misma es propia de un vendedor” (p.131). De acuerdo a Chiavenato (2009) la influencia es la “capacidad para inducir y modificar el comportamiento de las personas”, “cuya intervención se puede obtener una ventaja, favor o beneficio” (RAE, 2021).
Para aclarar las cosas. El único modo para poder “influir” en tus colaboradores es actuando y comportándote como ellos quieren que te comportes y actúes. Ya que de esa forma ellos creerán que es lo correcto; mostrándote así ser su líder ideal y proyectándote como a ellos les gustaría ser, aunque todavía no lo hayan logrado. Si como líder no eres su modelo ejemplar y lo finges ser, entonces te has convertido en un hipócrita; como muchos autodenominados “influencers” o “speakers” de las redes sociales, que ocultan bajo la proyección de alguna máscara lo que realmente son.
En cambio, bajo el paradigma del Desarrollo Humano, obtener el poder de competencia como líder es mediante la propia ejemplificación. Es decir, se basa en la experiencia, especialización y conocimiento que el líder demuestra. No obstante, si el líder tiene sus propias limitaciones o áreas de oportunidad, entonces: ¿cómo se logra que algún colaborador te identifique como referencia y aun así dé lo mejor?, ¿cómo se consigue que logre los estándares de desempeño de orden superior?... Como bien lo llegó a señalar Nelson Mandela; es mediante el poder de la “inspiración” (Carlin, 2009).
Según la RAE (2021) la inspiración se refiere a “sentirse motivado por alguien o algo para el desarrollo de la propia creación”. Y no necesariamente debe ser exclusivamente nuestro líder quién nos inspire, pueden ser inclusive los trabajos o ideales de otras personas. Aunque bien es cierto que cada vez que un líder encuentra su propio camino, está inspirando a que otros encuentren su camino. Por tal motivo seamos, en lo posible, inspirados e inspiradores a la vez.
Viktor Frankl (1905-1997) en circunstancias muy difíciles durante la Segunda Guerra Mundial logró desarrollar su libertad personal y gracias a su historia plasmada en el extraordinario libro de Man´s Search for Meaning (1962) ha animado e inspirado a decenas de miles de personas. Al igual que él, a lo largo de la humanidad todos hemos conocido a personas que, aun conservando una extraordinaria fuerza emocional, han atravesado situaciones muy difíciles, inspirándonos de su total integridad. Como bien lo señala Stephen Covey (1989) “nada deja una impresión mayor, más duradera, en otra persona, que la conciencia de que alguien ha trascendido el sufrimiento, que ha trascendido la circunstancia y está encarnando y expresando un valor que inspira, ennoblece y eleva la vida” (p.44).
Para presentarles un caso familiar, algunos de ustedes saben que mis hijos Miguel (14) y Mariano (11) son deportistas de la práctica del golf desde hace ya varios años. Yo no sé jugar golf, entonces ¿qué puedo enseñarles específicamente del deporte?... Además de ser su papá, para algunas cosas seré su líder, pero definitivamente no para este deporte. Es por ello que como equipo nos inspiramos en los deportistas mexicanos.
Estoy seguro que los nombres de Abraham Ancer y Carlos Ortiz les resultan familiares. Y es así porque fueron los golfistas mexicanos que participaron en los recientes Juegos Olímpicos de Tokio 2020 como representantes del equipo mexicano. Aunque en las pasadas competencias olímpicas no figuraron en los primeros lugares, el día de ayer (domingo 08/ago) el golfista mexicano Abraham Ancer se proclamó como el campeón del torneo World Golf Championship FedEx St. Jude Invitational, celebrado en Memphis, EU., al imponerse con un birdie en el desempate al estadounidense Sam Burns y al japonés Hideki Matsuyama.
Este hecho histórico, junto con la victoria de Carlos Ortiz en el Vivint Houston Open del PGA Tour, durante el pasado mes de noviembre de 2020, han puesto en alto la historia del golf mexicano. Ya que desde el año de 1978 ningún otro golfista mexicano había podido ganar en el máximo tour del golf profesional a nivel mundial. Sus ejemplos de tenacidad, persistencia y la lucha continua en contra de sus propias limitantes inspira a mis hijos a seguir practicando para lograr nuevos resultados. Como bien lo puntualizó Maxwell (1993): “el más grande de los principios motivacionales es: la gente hace lo que ve”.
Es por ello que tener un extraordinario ejemplo a seguir es lo que más efectivamente nos inspirará a seguir esforzándonos. Gracias a una visión del futuro de lo que podría suceder y al mostrar una gran dedicación, a pesar de la frustración del presente se obtiene la energía que inspira a la acción para seguir adelante (Buckingham y Clifton, 2001).
Rubin y Averi (2006) señalaron que al plantearse la misión personal es la forma de mostrarle al mundo nuestra pasión. Sin embargo, gracias a la inspiración se logra materializar la esencia del sueño personal que puede ser convertida en un ideal de vida y de nuestras organizaciones mexicanas. Napoleon Hill (1982) argumenta que al emplear cada una de las situaciones adversas por las que transitamos podemos desarrollar el principio del “descontento inspirador” y mediante una actitud positiva como líderes nos permite posicionarnos para estar listos al cambio y si sabemos lo que queremos, hallaremos el medio para conseguirlo.
Cabe señalar que en las organizaciones no se puede esperar una súbita inspiración para tomar alguna acción, como bien lo señala Schneider (2007) existe cierta inconveniencia por “esperar la inspiración”. Ya que, si bien es cierto, muchos de los actos dentro de las empresas nacen de una idea brillante, lo importante es visualizar las siguientes ideas brillantes. De acuerdo al Future of Jobs Report 2020, la pandemia aceleró en un 35% los programas de reentrenamiento y capacitación que pudiera tener el líder, con la finalidad de desarrollar sus habilidades blandas cuanto antes y mediante la proactividad, así como la definición de nuevos propósitos organizacionales, poder direccionarnos hacia un mejor futuro en este mundo post-Covid.
BIBLIOGRAFÍA
Buckingham, M. y Clifton, D. (2001). Ahora, descubra sus fortalezas. Bogotá, Colombia: Editorial Norma, S.A.
Carlin, J. (2009). El factor humano, Nelson Mandela y el partido que salvó a una nación. Barcelona: Seix Barral.
Chiavenato, I. (2001). Administración. Proceso Administrativo (3ra Ed.). México: Editorial McGraw Hill.
Chiavenato, I. (2009). Comportamiento Organizacional. La dinámica del éxito en las organizaciones (2da Ed.). México: McGraw-Hill / Interamericana editores, S.A. de C.V.
Covey, S. (1989). Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Buenos Aires: Paidós.
Hill, N. (1982). La actitud mental positiva. Un camino hacia el éxito. Prentice Hall.
Leyva, E. (2021). Liderazgo: Retos y cualidades. México: UDLAP.
Maxwell, J. (1993). Actitud de vencedor. Editorial Caribe.
Osho (2014). Fama, fortuna y ambición. ¿Cuál es el verdadero significado del éxito? Ediciones B México, S.A. de C.V.
Real Academia Española (agosto de 2021). Diccionario de la lengua española. Conceptos obtenidos de http://www.rae.es/
Rubin, R. y Averi, S. (2006). Espíritu de dragón. Como vender su sueño. México: Panorama Editorial, S.A. de C.V.
Schneider, B. (2007). Resiliencia: cómo construir empresas exitosas en contextos de inestabilidad. Bogotá: Grupo Editorial Norma.
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